Nuestra Fundación Universidad Hispana se prepara para celebrar el último Acto Protocolar Honoris Causa del año 2025, este 22 de diciembre, cuando los relojes se alineen con el solsticio del espíritu y las fronteras se disuelvan como tinta en agua. En esta fecha, un puñado de luchadores sociales, custodios de la dignidad humana, serán tocados por el soplo de un reconocimiento que no se entrega, sino que se revela: una distinción que cruza los umbrales físicos y se posa en la fibra invisible del alma colectiva.
Desde la Tierra del Sol Amada, Maracaibo, donde los atardeceres parecen escritos por poetas ciegos, y en simultáneo desde el antiguo Imperio del Dios Sol, Perú, donde las montañas aún susurran los cantos del Inti, se abrirán los portales del ceremonial académico INCARIBE. Estos epicentros, guardianes de la memoria ancestral, invocarán a la madre patria España, con la Excma. Matilde González López como emisaria de la sabiduría ibérica; al Excmo. Jorge Luis Gaviria Linares, cuya voz resuena como trueno en los salones de Columbus, Ohio; y a la Excma. Eladia Montañez Huancaya, que desde Nueva York teje puentes entre las constelaciones del saber.
El acto será presidido por el Excmo. Jorge Carrión Rubio, Rector-Presidente de la FUNHI en Lima, Perú, quien porta en su mirada el reflejo de los Andes y en su palabra el eco de los sabios. Junto a él, la Excma. Diana Romero La Roche, Decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia, en Maracaibo, Venezuela, custodiará el rito como quien vela un fuego sagrado. Ambos serán los timoneles de esta travesía académica donde la justicia se viste de ceremonia y la memoria se convierte en canto.
Dentro de los Honorables Distinguidos de fin de año, tenemos a:
Excma. Rosita Luisa Delmar López (Peruana residente en Israel)
Excma. Sonia Flores Ojeda (Maestra de escuela con más de 30 años de servicio)
Excma. Nélida Juliana Cuayla Cuayla (Magister en Educación Superior)
Excmo. Miguel Ángel Campos Huamán (Titulado en la Carrera profesional de Administración)
Excmo. Claudio Arce Rivera (Docente y Líder Espiritual)
A manera de ir ambientando nuestro próximo acto protocolar, reflexionemos con uno de nuestros más recientes distinguidos Honoris Causa 2025, el Excmo. José Enrique Silva Pellegrin. (Video en la parte inferior de esta página)
EL PERÚ ES UN MILAGRO
En el frontis del Palacio de Gobierno, la voz del ingeniero José Enrique Silva Pellegrín se alzó como un río que mezcla ciencia y memoria. Su vida, marcada por la búsqueda de conocimiento, transitó desde la contabilidad hasta la ingeniería, como si los caminos académicos fueran pasadizos encantados que lo guiaban hacia su destino.
Narró su paso por la industria farmacéutica y el Consejo de Reparaciones, donde la tragedia del terrorismo lo tocó de cerca, pero en lugar de odio sembró esperanza. En sus palabras, los jóvenes aparecieron como semillas luminosas capaces de transformar la patria, siempre que eligieran lo correcto por encima de lo conveniente.
El Perú, dijo, es un milagro: un país donde el sol y la selva hacen brotar árboles de la nada, donde incluso en Uchuraccay—tierra marcada por la muerte— florecen violines y sonrisas. Su mensaje fue claro: no mistificar líderes, sino cultivar patriotismo y creatividad, porque ninguna máquina podrá desear lo que el corazón humano sueña.
Al final, Silva Pellegrín se dibujó a sí mismo como un buen hijo, padre y patriota. Y en ese instante, la Plaza de Armas se transformó en un espejo de luz: cada palabra suya parecía sembrar raíces invisibles en la tierra, como si el Perú entero respirara con él, recordándonos que la verdadera energía —más allá de fórmulas y poderes— es la fe en uno mismo y en la patria que nos sostiene.
A continuación continuemos reflexionando, ahora con el Excmo. Claudio Arce Rivera, nominado a recibir nuestra Distinción Honoris Causa 2025, por su labor espiritual en el Perú.
El Vallado Invisible
En la Plaza de Armas de Lima, bajo las campanas que parecían latir como corazones de bronce, apareció Claudio Arce Rivera. No llegó solo: lo acompañaban sombras antiguas de Cajatambo, voces de montañas que aún guardaban el eco de su infancia. El aire se volvió transparente, como si la ciudad entera respirara con él.
Cuando habló de valores, las palomas que revoloteaban sobre la catedral se posaron en silencio, escuchando. Decía que los valores humanos flaquean, pero los divinos permanecen, y al pronunciarlo, las piedras coloniales se iluminaron como si recordaran las palabras de Isaías.
La multitud que pasaba —jóvenes, vendedores, transeúntes— se detuvo. Cada frase suya parecía abrir un portal: la delincuencia no estaba solo en las calles, sino en los palacios invisibles del poder. Y al decirlo, los balcones virreinales se estremecieron como si quisieran confesar sus secretos.
Claudio hablaba de paz, y la paz descendía como un río invisible que recorría las avenidas. Recordó a Gandhi, a Luther King, y hasta al propio Cristo, y entonces las campanas repicaron solas, como si la ciudad entera quisiera sumarse a esa protesta silenciosa.
En su relato, los jóvenes no eran solo futuro: eran semillas de luz que podían transformar la nación. Y mientras él hablaba, los faroles coloniales se encendieron aunque era pleno día, como si anunciaran que la esperanza no se apaga.
Al despedirse, dijo que había que “pararse en el vallado” frente al crimen y la muerte. Y entonces, en ese instante, un muro invisible se levantó en la plaza: no era de piedra ni de hierro, sino de fe, de amor y de palabras. Un vallado que no se veía, pero que todos sentían.
La ciudad quedó suspendida en un silencio luminoso. Lima, monstruo urbano, se volvió por un momento un templo. Y Claudio Arce Rivera, hijo de Cajatambo y de Dios, se retiró caminando entre la multitud, dejando tras de sí un resplandor que parecía prometer que aún era posible levantar una nación con paz y con valores eternos.
Próximamente publicaremos la relación completa de las personalidades académicas de diferentes países del mundo que nos acompañarán en la velada protocolar y otorgarán su respectivo beneplácito a nuestros Honorables Distinguidos 2025.
Próximamente publicaremos la relación completa de las personalidades académicas de diferentes países del mundo que nos acompañarán en la velada protocolar y otorgarán su respectivo beneplácito a nuestros Honorables Distinguidos 2025.
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