En la madrugada de este 11 de octubre, el Perú alternativo perdió una de sus voces: Wilmer Domínguez, comunicador autodidacta, fundador de Inty Noticias, y testigo lúcido de los vaivenes políticos y espirituales de nuestra región. Su despedida, transmitida en vivo con la serenidad de quien ha hecho las paces con la vida, no fue un adiós, sino una lección final, no sólo para sus seguidores, sino incluso para sus adversarios políticos, porque al fin y al cabo todos somos seres hermanos, más aún si compartimos nacionalidad y cultura.
En su último mensaje —Despedida final de Wilmer de INTY NOTICIAS— Wilmer no solo agradece, advierte y reflexiona. Nos entrega una pieza de humanidad cruda, sin maquillaje, donde la enfermedad se convierte en revelación. “Aunque les parezca increíble, es lo mejor que me ha podido pasar”, dice, refiriéndose a la pancreatitis inicial que luego se convirtió en un cáncer que lo llevó a la agonía. Su voz, quebrada pero firme, nos recuerda que el tiempo más valioso no es el que se mide en años, sino en conciencia.
Su homenaje a Timoteo Cutipa, es también un canto a la lealtad en tiempos de oportunismo. “Nos vemos cuando te toque, ahí donde todos volvemos”, dice con ternura, evocando el Hatum Runa quechua, como si su alma ya caminara hacia esa comunidad espiritual que tanto defendió, más allá de la política.
Wilmer no pidió dinero, no dejó herederos mediáticos, no buscó perpetuarse en la red. Advirtió sobre los peligros de la suplantación digital, de los canales que podrían imitar su voz con inteligencia artificial. Pero también dejó claro que su legado no está en los algoritmos, sino en la coherencia de su mensaje.
En NO ES UN ADIÓS, SINO UN HASTA LUEGO! NOS JUBILAMOS, Wilmer se despide con gratitud, reconociendo que nunca imaginó ser comunicador. “Gracias a mi hijo y a AMLO”, dice, revelando que su canal nació del impulso familiar y la inspiración política. Su admiración por Andrés Manuel López Obrador, expresada también en EL PERÚ ES DEMASIADO IMPORTANTE PARA QUE SIGA ..., no fue ciega, sino reflexiva: una invitación a construir desde abajo, con unidad y propósito.
Wilmer Domínguez no fue un periodista convencional. Fue un cronista espiritual, un agitador de conciencias, un hombre que convirtió su agonía en testimonio. Su canal, Inty Noticias, no muere con él. Vive en cada reflexión que nos dejó, en cada silencio que ahora pesa más que mil palabras. Admite que pudo haberse equivocado muchas veces, pero es consciente que siempre apostó por los más necesitados.
Y esta identificación humanitaria le debe pesar a algunos personajes que nombra en este mensaje final, como el doctor Vladimir Cerrón: “Yo personalmente no creo que él sea un corrupto. No lo sé. Eso la justicia lo verá…” Y luego reflexiona en voz alta que ambos “al menos colaboraron, hicieron posible que Pedro Castillo y el partido Perú Libre llegue a la presidencia. Es una lástima que no hayan sabido mantener la unidad y crear ese gran movimiento que AMLO si fue capaz en México”.
Hoy, más que nunca, debemos aprender de la experiencia de vida de Dominguez, que la primera patria es la familia, como lo explicó: “muchas veces por el trabajo uno se obsesiona y no ve y es un gravísimo error. Yo entiendo que alguno puede decir, pero bueno, a Wilber la patria lo necesitaba.
No, no hay nada que justifique eso porque tu primera patria es la familia. Nunca hay que olvidar eso, la primera patria en la familia. Y si no, pues no te cases, no tengas hijos, dedícate sólo a eso. Pero si piensas casarte o te casas, no te puedes consagrar por entero al trabajo. No es lógico.
Gracias, Wilmer, más allá de lo político por recordarnos que no debemos olvidar nuestro Ayllu ancestral, columna vertebral de cualquier patria que aspiremos a edificar.
Paz a sus restos y las condolencias para sus familiares.
VTV/JCR

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