Entre la realidad y la ficción... Gareca siempre anduvo mal desde que salió de Perú. La prueba es el desastre que tuvo a su paso con Vélez Sarsfield y luego ahora con Chile. En ambos demostró andar más perdido que Tarzán en el día de las madres. La pregunta es entonces ¿por qué con Perú no le fue tan mal?.
Al parecer le pasó algo extra fútbol que también juega en estos ámbitos, porque todos los astros se colocaron a su favor el día que sancionaron a Bolivia y le dieron la posibilidad al Perú de afianzarse en la tabla rumbo a Rusia. Luego camino a Qatar, aquella tarde de Barranquilla como hoy contra Colombia, los APUS nuevamente coincidieron y en el único ataque que tuvo Perú con el Oreja Flores como el elegido para el batacazo, Perú logró derrotar a Colombia por la mínima diferencia. Si revisan el match sin apasionamientos Colombia aquella tarde barranquillera fue más y mereció ganar. Pero el fútbol tiene esa posibilidad de magia que con Gareca siempre se activaba. De alguna forma el flaco ya se había peruanizado hasta el extremo de que platos afrodisíacos como el ceviche, encomendaciones a Santos limeños y demás cábalas de novias, etc, siempre lo acompañaron durante los 8 años q anduvo como DT de la sele. Incluso jugadores relajados y bohemios como Cuevita y Carrillo rindieron en su máxima expresión. Ahí queda el abrazo en el llano venezolano entre su hijo literal Cueva y papá Gareca, cual bebé recién nacido tras el gol de tiro libre que le dio los tres puntos frente a la Vinotinto. En el reciente encuentro jugado en tierras llaneras Perú fue mucho más que aquella tarde cuando los dirigidos por el tigre logró derrotarlos. Pero ahora con Ibáñez como técnico los astros no coincidieron y el equipo terminó derrotado. De manera que el peor castigo para el flaco Gareca no nos debe extrañar, traicionó a Perú después de haberse peruanizado, aceptando dirigir a Chile sin pena ni gloria, porque el Perú no solo es fútbol, es una magia milenaria, un arraigo ancestral, un espíritu indomable... Y la mama pacha no perdona.
Volverá Gareca a echarse sus ramazos, sin duda, y lo más importante habrá aprendido la milenaria lección.
JCR/UDI/FUNHI
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