Memorias, insomnios y espejos del pueblo: En los textos de Margarita Aleta, Rafael Leonardo Guerrero Cerrato y Oscar Andrés Cañete Cisneros se dibuja un mismo mapa de preocupaciones: la memoria, la violencia y la desilusión, pero también la resistencia cultural que se levanta como un canto contra el olvido.
Margarita, con El espejo de Macondo, nos recuerda que la literatura latinoamericana es un reflejo múltiple: cada comunidad se mira en ese cristal mítico para reconocerse en sus dolores y esperanzas. Rafael Leonardo, en El pueblo con tumbas por las aceras, convierte la muerte en arte y la memoria en un acto de dignificación colectiva, donde las lápidas pintadas son resistencia frente a la barbarie. Y Andrés, en Relato del sueño, nos sumerge en el insomnio y el hambre como motores de escritura, denunciando desde su subsuelo la precariedad social y la repetición de una vida que se desgasta entre cigarrillos y palabras.
Tres voces distintas, pero un mismo latido: la literatura como espejo de la condición humana y como denuncia de lo que la política y la historia no logran resolver. En ellas se cruzan la épica de los pueblos, la intimidad del escritor y la memoria como fuerza transformadora.
La lección es clara: mientras los discursos oficiales prometen refundaciones y victorias, los escritores nos recuerdan que la verdadera refundación empieza en la palabra, en la memoria compartida y en la capacidad de transformar la desventura en relato.
PD. Darle click al link para leer los textos enviados al concurso:
90) El pueblo con tumbas por las aceras
91) Relato del sueño
Y en la parte inferior, la entrevista a los concursantes de Honduras, Paraguay y Venezuela.
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